29 septiembre 2007

Lou Reed en Donostia


"La emoción es la idea básica que se esconde detrás de todas las canciones que he escrito"

No es tan fiero el león como lo pintan. O, al menos, no lo fue ayer en la entrevista que mantuvo a primera hora de la tarde con un reducido grupo de informadores. Lou Reed (New York, 1942) ofreció agua a una periodista que sufrió un leve ataque de tos y bromeó con una compañera mexicana que le comentó que para su jefe él es el nuevo Edgard Allan Poe: "Mmm... Eso es demasiado, jamás podría decir algo así sobre mí. De todos modos, gracias a ti, a tu jefe y a tus amigos".

Repantingado en la butaca de una habitación del hotel María Cristinta, cobija sus pequeños ojos de saurio tras los cristales de unas gafas sin montura. Con todo, su mirada no ha perdido un ápice de su poder intimidador. Quizá porque en su rostro, surcado de arrugas, aparecen escritas algunas de las mejores páginas de la historia del rock and roll.

Su parlamento está construido de extrañas pausas, miradas escrutadoras e incómodos silencios. Lástima. Sólo hay 15 minutos para conversar sobre la obra maestra Berlin, el disco que publicó en 1973 y que no pudo llevar a los escenarios por las críticas que recibió.

Ha desenterrado 'Berlin' 33 años después de su lanzamiento. ¿Ha sido un proceso doloroso o feliz?

Lo hemos hecho por diversión, por puro placer. Siempre quise llevar este disco a los escenarios, pero no pudimos hacerlo en su momento. Varios amigos llevaban años tratando de convencerme para hacer una gira de Berlin y finalmente el pasado año acepté. Hablé con Julian (Schnabel) y aceptó diseñar la escenografía y dirigir la película, para la que contamos con el guitarrista y el productor del disco original, Steve Hunter y Bob Ezrin, y otras colaboraciones como Antony, una de mis voces preferidas.

El álbum fue un fracaso comercial. ¿A qué lo atribuye?

Realmente no sé si a la gente le gustó o no. Simplemente pienso que no tuvieron oportunidad de escucharlo. Respecto a lo que pudo opinar la crítica, no lo sé: no hago discos para la crítica.

¿Qué cambios hay en el 'Berlin' de Julian Schnabel con respecto al disco original? ¿Siguen vigentes las canciones del disco?

Hay algunas cosas diferentes. Yo toco la guitarra, de manera que suenan dos guitarras. Por eso, el sonido es un poco más duro, más pesado. Creo que las canciones siguen vigentes porque intenté emplear palabras que no se pasaran de moda, aunque hay algunos términos que quizá ya no se entienden. En The kids, por ejemplo, se habla del waterboy, que en el béisbol y el baloncesto era el chico encargado de llevar el agua. Por lo demás, las canciones son fáciles de entender, no contienen misterios lingüísticos ni se necesita un diccionario para entenderlas.

¿Y qué puede decir sobre la temática de 'Berlin'?

Que los celos son un tema universal. Todo el mundo ha sentido celos alguna vez. Un caso extremo sería Otelo. Fijaos, si no, en lo que le hizo a Desdémona... Aunque no quiero comparar mi obra con la de Shakespeare.

El disco fue calificado como el más oscuro de su carrera.

Yo no doy ningún calificativo a mis discos. Me limito a cantar mis canciones. De todos modos, muchas personas me han dicho que Berlin les hace sentir mejor. Creo que a veces ganas algo escuchando cosas oscuras que describen cómo te sientes por dentro...

¿Qué le parece la película que ha hecho Julian Schnabel?

Es una representación increíble de lo que sucedió. Es una película muy completa por las imágenes, los músicos, las luces, el sonido... El sonido es impresionante. Lo tiene todo. Quizá no está bien que yo lo diga, pero jamás había visto algo tan poderoso en un formato musical.

Acaba de editar un nuevo disco.

He publicado un álbum de música para meditación. Se titula Hudson River Wind Meditations. La música es emocional, creo que nunca he hecho nada que no fuera emocional. La idea básica que hay detrás de todas las canciones que he escrito en mi vida es la emoción. Cuando estudiaba en la universidad, comencé a escribir sobre conflictos y paraísos perdidos. Entonces me di cuenta de que las canciones son capaces de expresar esos conflictos en un formato más reducido y que ello permite visualizarlos más rápidamente.

Schnabel: "El arte no se hace viejo si es bueno"

La relativa locuacidad que Lou Reed exhibió en la entrevista se tornó en parquedad extrema durante la rueda de prensa ofrecida después junto a su amigo Julian Schnabel. Ninguno ofreció su mejor cara, quizá porque el artista y cineasta estaba enojado tras el encontronazo verbal que tuvo con un fotógrafo que le recriminó haber llegado veinte minutos tarde al posado. Entre monosílabo y monosílabo, Schnabel desveló que Berlin es uno de sus discos favoritos y que su película es un "testamento a la calidad" de este álbum publicado en 1973 y que demuestra que "el arte no se hace viejo si es bueno".

El trabajo del neoyorquino no es un documental ni la grabación al uso de un concierto, sino "un híbrido" con cierto poso experimental. Schnabel se hizo cargo de la escenografía, empleó cuatro o cinco cámaras e incluyó imágenes de cortometrajes de su cuñado Alejandro Garmendia y su hija Lola.

La cinta contiene las diez canciones que hacen de Berlin una de las cumbres del rock and roll y un brutal tratado sobre el amor, los celos y la rabia. Son especialmente emocionantes las interpretaciones de Men of good fortune, Caroline says II y Sad song, que incluye la actuación de un coro de niños. A modo de bis, se escuchan tres temas de Reed que nada tienen que ver con Berlin: Candy says, Rock minuet y Sweet Jane.



Haz click sobre la imagen inferior para leer la entrevista en PDF.


2 comentarios:

Anónimo dijo...

Bueno, qué te voy a decir. Leí la entrevista en el periódico y me gustó mucho. Están muy bien las fotos, me encanta el corte que le has dado al primer plano que has puesto arriba.
Tuve la suerte de ver la película y he de decir que, al contrario de lo que me temía, la mano del (gilipollas de) Schnabel no ha jodido la emoción negra del disco, sino que la ha realzado. Creo que el tío lo ha bordado. Sus imágenes, su forma de rodar el concierto, con cámara en mano, sin gruas, steady cams ni chorradas, sino de una forma cruda, con unas luces básicas y con un grano gordo que a mí me encanta, son todo un acierto. Eso unido a los subtítulos en castellano de las letras del Berlin nos permite asistir a una suerte de concierto-representación de la trágica historia nihilista de Caroline, mujer fatal, maltratadora psicológica, maltratada física, y Jim, ese Otelo consumido por los celos. La peli resulta acojonante, al menos para un fanático acrítico de Lou Reed como yo.
Me sobraron los bises, creo que la película debería haber acabado con Sad Song. Pero, bueno, bien pensado, cuando tenga en mi casa el DVD, puedo apagarlo cuando acaben Sad Song. Y otro día, en cambio, puedo deleitarme con el Candy Says en el que Antony se desnuda a sí mismo con un desgarro que mueve a la ternura y, por su puesto, con Sweet Jane como colofón.
Sólo te diré que durante la proyección casi se me saltan las lágrimas cuando Antony remató con su mágica voz la eterna Caroline Says II
Toma comentario, he batido algún récord seguro.

QUETEDEN dijo...

Que grande la entrevista. Ha sido un gran encuentro con Lou Reed y Paul auster en el mismo sitio xD
saludos