05 marzo 2009

Bernardo Atxaga publica 'Zazpi etxe Frantzian' (I)


La pasada semana tuve la suerte de devorar, antes incluso de que saliera de la imprenta, Zazpi Etxe Frantzian, la novela que Bernardo Atxaga presentará mañana en Donostia. La editorial Pamiela envió previamente la obra a algunos periodistas que pudieron leerla en un tocho encuadernado de hojas DIN A4 para preparar las entrevistas con el autor. El siempre agradable encuentro con Atxaga tuvo lugar el lunes en el Koldo Mitxelena de Donostia y ayer hubo que jibarizar una interesante charla de dos horas para encajarla en página y media de entrevista que vuestro periódico amigo publicará el sábado. Mientras tanto, sólo puedo recomendar fervientemente la lectura de la novela -quienes no os apañéis con el vascuence podéis esperar a que en abril Alfaguara la publique en castellano- y colgar esta humilde reseña. On egin!


Otra vuelta de tuerca

Título. 'Zazpi etxe Frantzian'. Autor. Bernardo Atxaga. Editorial. Pamiela. Páginas. 252..

LA última novela de Bernardo Atxaga sorprenderá a quienes se sumerjan en ella confiando en que algún misionero o explorador vasco irrumpirá de pronto en la selva del Congo Belga, pues la única referencia cercana que ha introducido es una foto de Biarritz que no pasa de guió anecdótico. Años ha que el autor quería hacer pie en otras experiencias para escribir, y si ha tardado en lograrlo quizá sea porque no habrá sido fácil romper amarras con Obaba, ese territorio imaginario con el que ha novelado el pasado y el presente del pueblo vasco.

Zazpi etxe Frantzian podría ser, por tanto, el punto y aparte más nítido que ha conocido la carrera de Atxaga desde la publicación de Obabakoak (1988). Dos décadas después, esta formidable vuelta de tuerca aborda una historia atroz situada a principios del siglo XX n el corazón de África y sazonada con un humor rayano en lo grotesco.

Al margen de cuáles sean sus expectativas, el lector devorará la novela con el disfrute que procuran los mejores libros de aventuras, y con la ventaja de que sus páginas esconden, como ocurre en las grandes obras satíricas, múltiples lecturas, algunas de ellas ofrecidas en clave simbólica. Con una prosa subyugante y adictiva, el narrador describe las tribulaciones de personajes más o menos miserables y excepcionalmente cincelados, cuyos actos hallan reflejo en nuestro tiempo: militares que violan y masacran camuflados con el uniforme de la impunidad, salvajes rebeldes que se defienden en taparrabos de la brutalidad del invasor, corrupción exacerbada y un león que, convenientemente drogado, podrá ser cazado por el rey más fácilmente.

Son sucintas pinceladas de un magnífico trabajo que, además, será recordado como el libro que posibilitó el cambio de registro de Bernardo Atxaga y marcó un nuevo e interesante rumbo en su literatura.

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