02 marzo 2009

El disco 'Kind of Blue' cumple 50 años


Eterno Miles

Aunque no se lanzó hasta unos meses después, tal día como hoy hace medio siglo se grabaron los primeros temas de 'Kind of Blue', un disco de una importancia más que capital en la historia del jazz. Bajo estas líneas podréis encontrar las claves de un genial trabajo que, aunque no seáis aficionados al jazz, sabréis apreciar. ¡Buen provecho!

FOTO: GETTY IMAGES

EL DISCO ‘KIND OF BLUE’ CUMPLE MEDIO SIGLO SIN ABANDONAR LA CUMBRE DEL JAZZ

DISCO de isla desierta, álbum seminal, puerta abierta al futuro... Kind of Blue cumple medio siglo y continúa acumulando los calificativos elogiosos que merece una obra maestra de su calibre. El aniversario ha propiciado el lanzamiento de Kind of Blue (Legacy Edition), la enésima reedición del clásico del trompetista Miles Davis (1926-1991) que, en esta ocasión, incluye dos CD y un DVD con el disco original, varias tomas falsas y un magnífico documental.

“Fue decisivo no sólo para el jazz, sino para toda la música”, asevera el pianista Herbie Hancock en el filme. Junto a él aparecen los testimonios de una larga lista de músicos y estudiosos que dan fe de la importancia de Kind of Blue, que para el rapero Q-Tip “es como la Biblia, algo que tienes en casa”. Davis alumbró su opera magna en un feliz momento personal y profesional. Superada su adicción a la heroína, grabó con el arreglista Gil Evans y ofreció pistas de lo que habría de venir en Milestones (1958) y L’Ascenseur pour l’Echafaud (1958), la música que compuso para el filme Ascensor para el cadalso de Louis Malle. Y por fin en 1959, año de la publicación de Kind of Blue, construyó los cimientos de un estilo de jazz que 50 años después sigue vigente.

Como recuerda Ted Gioia en el libro Historia del jazz, Miles consiguió basar la improvisación en una serie de escalas “como trampolín para los solos” y desechó “las recargadas sucesiones de acordes que habían caracterizado el jazz desde la era del bebop”. El propio músico dijo: “Habrá menos acordes pero infinitas posibilidades respecto de lo que se puede hacer con ellos”. Había nacido el concepto de jazz modal.

GRABACIÓN Davis y su banda –Coltrane, Evans, Adderley, Cobb, Chambers y Kelly– grabaron en una antigua iglesia armenia de Nueva York reconvertida en estudio. Sólo necesitaron diez horas repartidas en dos sesiones realizadas el 2 de marzo y el 22 de abril. Si lo escrito por Bill Evans en las notas de Kind of Blue es cierto, Davis concibió los temas horas antes de llegar al estudio. La banda no los había ensayado y prácticamente todos se grabaron en primeras tomas. “Eso explica la libertad que respira el disco”, declaró el pianista en 1979.

Sea como fuere, el resultado es glorioso. La cara A arranca sinuosamente con So What –la frase predilecta de Davis (“Y qué”)–, prosigue con la juguetona Freddie Freeloader y concluye con la evocadora Blue in Green, con la trompeta embrujada por la sordina Harmon. La cara B propone un apasionante viaje a través de Blue in green y finaliza con Flamenco Sketches, embrión de futuras fusiones.

Ashley Kahn, autor de un excelente estudio sobre el álbum, lo considera un “monumento a la modernidad”. No es paramenos. Kind of Blue encierra 45 minutos y 31 segundos de música mágica, eterna e inmortal.



"Kind of Blue' ofrece la fotografía
musical de un momento único"


iñaki salvador , juan de diego y miguel martín
ensalzan el valor de una obra única


"Cuando hicimos Kind of Blue supe que era especial, pero no imaginaba cuánto". Lo dice el batería Jimmy Cobb -el único de los siete músicos que participaron en la grabación que no ha fallecido- en el documental Celebrating a Masterpiece . En 1959 hubo incluso quien no terminó de entender el aire fresco que la trompeta de Miles Davis insufló al jazz.

Bien distinto es el caso del programador Miguel Martín, el trompetista Juan de Diego y el pianista Iñaki Salvador, que conocieron el álbum años después de su lanzamiento. Por ello, siempre lo escucharon sabedores de su condición de obra cumbre de la música improvisada. El director del Jazzaldia donostiarra, por ejemplo, llegó a Kind of Blue cuando era un joven veinteañero. "Es el disco perfecto desde el punto de vista de la prestación musical y no ha habido ninguno que lo supere en cuanto a capacidad artística e inspiración de los músicos", asegura Martín. En su opinión, Kind of Blue es el disco con mayúsculas "por oportunidad, por genialidad, por maestría e incluso por la elección del repertorio".

De Diego accedió a la obra maestra de Davis a una edad temprana -14 años- gracias a su hermano Víctor, conocido saxofonista de jazz. Curiosamente, al principio no le provocó una especial sorpresa. "Tenía muchos discos de Miles -desde las grabaciones para Prestige hasta discos como Water Babies o Circle in the Round - y en todos era evidente la personalidad inconfundible de este genio. En cierto modo lo considero un visionario", sostiene. Más tarde, cuando conoció más a fondo la historia del jazz, el trompetista bilbaino pudo entender el "impacto" que en su día tuvo Kind of Blue gracias a un "sonido inédito hasta la época". "Miles Davis dio un giro sutil -no sería la última vez- y cambió el rumbo del jazz, de la música. Y ya nada volvió a ser igual".

'bonus track' El donostiarra Iñaki Salvador consiguió el disco a los 17 años por recomendación de músicos como Javier Juanco o el desaparecido Renato Valeruz. La impresión fue "brutal", entre otras cosas porque hasta entonces no había escuchado a los músicos. También recuerda la "sensación de relax" que le producía la audición de Kind of Blue . y la sorprendente "mezcla entre un contundente sentido rítmico y el aire que tenía todo". "Me evocaba grandes espacios", añade Salvador, quien, pese a todo, opina que "como ante toda gran obra los aspectos esenciales , aquellos que apelan directamente a lo emocional, siguen huérfanos de explicación". "Kind of Blue es música en general y jazz en particular, y nos regala un bonus track : la fotografía musical de un momento único vivido entre unos músicos únicos".


'Kind of Blue', puerta abierta al futuro

POR GONZALO TEJADA (contrabajista y compositor)

CREO que escuché por primera vez Kind of Blue hace unos 25 años. Recuerdo que llegué a esa grabación tal y como se acostumbraba a llegar a los discos en aquélla época aún sin Internet, sin MP3 y sin una gran información sobre discografía de jazz en este país. Lo encontré en una tienda de discos de Donosti por recomendación de su dependienta. Yo había entrado en el jazz de la mano de mi buen amigo y guitarrista Iñaki G. Gurpegui. Habíamos formado el dúo Eiderjazz, grabado un disco y estábamos ambos muy influenciados por el llamado jazz europeo, especialmente el del sello ECM. Para mi el jazz clásico -yo en realidad lo consideraba antiguo- no era, aún de un gran interés. Kind of Blue , sin embargo, me abrió los ojos -más bien los oídos-. Aunque por entonces yo aún era guitarrista, recuerdo claramente que de su primera escucha me marcó el tema en el que la melodía estaba tocada por el contrabajo (So What ). También me impresionó la tremenda modernidad de Flamenco Sketches . Igualmente, recuerdo que me marcaron conceptos muy abstractos y muy poco técnicos o musicales -¡como debería ser siempre!-: el sonido general del grupo y la grabación pese a los 25 años transcurridos ya entonces, y, sobre todo, la elegancia del proyecto. Todo se encontraba en su plano exacto, en su sitio. No sobraba ni faltaba nada. Cada personalidad musical -algunas tan dispares como los saxofonistas Coltrane o Adderley o los pianistas Kelly o Evans- se expresaba desde su individualidad, pero encajaban perfectamente en un todo comandado por el líder. También recuerdo como me impresionó el siempre emocionante sonido de Miles y su trompeta. Pero por encima de todo esto, Kind of Blue fue para mí una puerta que se abría hacia personalidades y proyectos musicales tan variados e interesantes como las posteriores grabaciones de Coltrane -especialmente el subvalorado Crescent -, los tríos de Bill Evans con LaFaro, las magníficas grabaciones de Adderley, los tríos de Kelly o las, para mi aún hoy insuperables, grabaciones posteriores del quinteto de Miles con Shorter, Hancock, Williams y Carter. Kind of Blue representó, para aquel joven de 23 años que era yo entonces, una puerta abierta al futuro del jazz. Es curioso que todo esto me ocurriera hace ya 25 años y que ahora, justamente 25 años después, siga pareciéndome que esa puerta continua más abierta que nunca. ¡Que no se cierre jamás!

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