30 abril 2009

Cine y derechos humanos: traca final


El Festival de Cine y Derechos Humanos de Donostia entrega hoy su gran galardón al cineasta José Luis Borau y proyecta el documental Checkpoint Rock, canciones desde Palestina, dirigido por Fermín Muguruza, que después ofrecerá un concierto en Gazteszena.
Concluirá así la séptima edición de un certamen que nos ha dejado un manojo de muy buenas e interesantes películas. Parece que el público ha optado por premiar a Johnny Mad Dog, una ultraviolenta cinta de acción que refleja con terrible veracidad la realidad de los niños soldado en África. Así lo corroboró, al menos, Edwin Tholley, un antiguo chaval que fue utilizado como guerrillero en Sierra Leona y que el pasado domingo contó su experiencia en Donostia. Había, sin embargo, títulos más interesantes. Como los tres reseñados a continuación.



Canciones para traspasar muros

'checkpoint rock'.
Año. 2008. Origen. España. Director. Fermin Muguruza. Realizador. Javier Corcuera. Producción. Anton Reixa, Ricardo González. Duración. 70 minutos.

SUELE decirse que la música traspasa fronteras, pero es difícil que ese tópico se cumpla si en medio se alza un infame muro de hormigón vigilado por soldados armados hasta los dientes. Afortunadamente, existen tipos inquietos y comprometidos como Fermin Muguruza, que con Checkpoint Rock ha querido tender un puente hacia la música de Palestina, un fenómeno del que no sabemos nada porque las noticias que nos llegan desde allí versan exclusivamente sobre el conflicto.

Sin caer en el cine panfletario y en la mejor tradición de los buenos documentales musicales, el filme se revela como un vibrante canto a la vida, pero sobre todo brilla como apasionante viaje sonoro que permite conocer los variopintos ritmos de artistas que se enfrentan a mil y un problemas para crear y difundir su música, fuertemente inspirada por la poesía de Mahmoud Darwish.

En el camino de esta didáctica road movie se cruzan palestinos que viven en ciudades israelíes y en los territorios ocupados de Gaza y Cisjordania, y más que ellos, hablan sus melodías, que lógicamente abordan temas como la ocupación, los campos de refugiados e incluso del amor que puede surgir en un checkpoint (puesto de control militar). ¿Estará muy lejos el día en que otros temas protagonicen sus canciones y éstas no tengan que saltar ningún muro?





Érase una vez en Etiopía
'teza'. Año. 2008. Origen. Etiopía - Alemania - Francia. Guión y dirección. Hailè Gerima. Reparto. Aaron Arefe, Abeye Tedla, Takelech Beyene, Teje Tesfahun, Nebiyu Baye. Duración. 140 minutos.

AL protagonista de Teza, Anberber, le han robado la infancia y la pierna. No recuerda cómo perdió ambas cosas y por eso avanza a tientas, apoyado en su báculo, con la esperanza de entender por qué su país no es el mismo que dejó cuando partió hacia Alemania. El cineasta Hailè Gerima ha equiparado a su personaje con una suerte de Prometeo africano que tras conseguir en Europa el fuego de la modernización, regresa a Etiopía y comprueba que no puede utilizarlo para sanar a su pueblo. Los innumerables obstáculos con que choca el frustrado Anberber lo transforman en alguien desubicado por los efectos de la violencia, la desaparición de los valores humanos y el dominio de la ignorancia.

Teza adquiere la forma de una apasionante epopeya que cuenta la historia reciente del pueblo etíope y al mismo tiempo aborda grandes cuestiones como la familia, la educación, el mestizaje, la amistad, el dogmatismo y el racismo. El realizador opta por un tono pausado y didáctico que no pierde el interés pese a la larga duración del filme, narrado de manera fragmentada, con múltiples saltos en el tiempo y una extraña poesía que resulta embellecida por la fuerza del paisaje y la música.

Hay mucho de subyugante en las imágenes de Teza, un profundo cuento africano que invita a la reflexión y que propone un tipo de cine diferente, alejado del mainstream y cargado de simbolismo. Prueba de ello es ese maravilloso plano de la cueva del dragón donde varios niños -el futuro- sostienen las llamas -el conocimiento- con las que un día, tal vez, conseguirán iluminar las tinieblas.





Y caminaron sobre las aguas

'TROUBLE THE WATER'.
Año. 2008. Origen. Estados Unidos. Origen. Tia Lessin y Carl Deal.

EL azar es tan caprichoso que un día puede enviar un huracán capaz de anegar una ciudad entera y al siguiente hacer que una humilde joven de Nueva Orleans modifique los planes de dos cineastas que iban rodar un filme sobre el drama del Katrina . Kimberly Roberts, rapera y buscavidas, se cruzó en el camino de Tia Lessin y Carl Deal, y su arrollador carisma la entronizó como protagonista absoluta de Trouble the Water , un admirable documental que refleja con precisión cómo la administración del ya ex presidente Bush dejó de lado a las familias más vulnerables a la catástrofe porque, como alguien dice en la cinta, "si no tienes dinero, no tienes gobierno".

El mayor valor de la cinta es la inclusión de las grabaciones caseras de Kimberly, que no dejó de filmar ni con el agua al cuello. Sus imágenes muestran el horror y la devastación de una desgracia natural agravada por la inacción del gobierno, y describen cómo ante la ausencia de ayuda los propios ciudadanos se unen para superar la tragedia. "Aquel día nos hizo hermanos", dice Scott de su antiguo enemigo Larry.

Hay muchas historias palpitantes en una película que no sólo habla de varios personajes que obraron el milagro de caminar sobre las aguas que los diques de Nueva Orleans no pudieron contener. También narra, con un pulso portentoso, otro hecho prodigioso, el de una pareja que aprovechó el infortunio para dar esquinazo a un futuro nada halagüeño.

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