04 julio 2009

Concierto de Ry Cooder & Nick Lowe en Bilbao


Dos eran dos...

Fecha y lugar.
2/07/2009. Palacio Euskalduna. Bilbao. Intérpretes. Ry Cooder (guitarras), Nick Lowe (bajo y guitarra), Joachim Cooder (batería), Alex Lily y Juliette Commagère. Incidencias. El concierto de Cooder y Lowe duró una hora y veinte minutos y como telonera actuó la banda de Commagère, donde su marido, Joachim Cooder, tocó la batería. El alto precio de las entradas hizo que el auditorio presentara un cierto aspecto desangelado.

...
los talentos que se reunieron el jueves en el Palacio Euskalduna de Bilbao, ansioso por recibir al 50% de Little Village, aquel efímero grupo que nació y murió en 1992. Con el espíritu de los ausentes John Hiatt y Jim Keltner sobrevolando el auditorio, Ry Cooder y Nick Lowe iniciaron con Fool Who Knows el concierto con el que clausuraban su gira conjunta por España. Fue Lowe, vestido elegantemente como si viniera de jugar al golf, quien cantó primero mientras tiraba de las cuatro cuerdas del bajo. Cooder, el hombre de las camisas imposibles, le tomó el relevo con un tema nicotínico, Fool for a Cigarette , tras el que protagonizó uno de los highlights de la noche con su mini dobro -o guitarra resofónica-. La canción elegida no pudo ser más oportuna, Vigilante Man , un blues de Woody Guthrie que, deconstruido por el estadounidense, sonó oscuro y cenagoso. Escalofriante.
En la sureña Losing Boy el canoso gentleman inglés cambió el bajo por la guitarra acústica e hizo vibrar de nuevo sus cuerdas vocales, más pulcras y luminosas que las de su partenaire, que intercambiaba miradas con su hijo Joachim Cooder, baterista de efectiva pegada. El trío se convirtió en quinteto gracias a las coristas Alex Lily y Juliette Commagère, que entraron en escena con la divertida Chinito Chinito , un cruce bastardo de música oriental, surf y ritmos latinos. Después llegaron Crazy 'bout an Automobile , You Gotta Pay y Crying in my Sleep , triste y hermosa tonada con la que Nick Lowe demostró, igual que el pasado año en Donostia, cuán grande es. Además, dio ejemplo del proverbial humor británico antes de acometer Half a Boy and Half a Man , un rock'n'roll compuesto en los 70 que, según confesó, fue número 1 durante "dos gloriosas semanas"… en Bélgica. "¿Qué es tan divertido?", preguntó sardónico al desternillado público.
En el tramo final interpretaron, entre otras, la marchosa Down in Hollywood , el glorioso góspel Jesus on the Mainline y la desgarradora Teardrops Will Fall , la balada en la que la voz y los dedos de ese incansable rastreador de sonidos llamado Ryland Peter Cooder despertaron el mayor aplauso de la función. El telón cayó en clave tex-mex con Impossible y He'll Have to Go , donde se echó en falta el acordeón de Flaco Jiménez, baja de última hora debido a una hernia discal. Y aún hubo tiempo para dos bises, la inconmensurable (What's so Funny 'bout) Peace, Love and Understanding , una bella composición de Lowe inmortalizada por tipos tan egregios como Elvis Costello, y la animada Little Sister , que dejó con hambre a los espectadores que habían pagado entre 62 y 70 euros y que no esperaban que el show fuera a durar sólo una hora y 20 minutos.
Y es que en este caso ver a Ry Cooder sí tuvo precio.Un coste alto -casi a euro el minuto- que, sin embargo, los seguidores de este inmenso domador de guitarras asumieron con mucho gusto, pues no es habitual ver al músico californiano sobre los escenarios y porque resulta imposible no quedarse boquiabierto con su deslumbrante y casi extraterrestre modo de tocar las seis cuerdas.

No hay comentarios: